Muchas personas dicen que tienen un carácter terrible, una conducta indomable. Bueno, suena un poco dramático, ¿verdad? Sin embargo es cierto en algunos casos. ¿Es posible adoptar mejores hábitos de conducta? ¡Claro que sí! Hay que trabajar para ello, pero sin duda se logra. La conducta es una expresión de la personalidad. Generalmente se ha formado en los años de la infancia y aunque está de cierto modo definida, es posible corregirla para bien de uno mismo y de los demás.
El primer paso para adoptar mejores hábitos de conducta es reconocer que lo necesitamos. El orgullo de decir cosas como: “Yo soy así y no cambio más” evidentemente no va a llevarnos a un cambio, a menos que Dios mismo nos quebrante. El segundo paso para adoptar mejores hábitos de conducta es pedir ayuda. Hable con alguien de confianza acerca de su deseo de cambiar. El tercer paso es ser transparente y permitir que esa persona le ayude a descubrir la raíz de su problema. La mala conducta es una reacción, no una enfermedad. El paso siguiente es hacerse un plan de acción. ¿Un buen consejo para esto? Lea la Biblia y ore diariamente. La presencia de Dios en su vida tendrá un efecto maravilloso en su temperamento.