La psicología y la consejería profesional secular proveen “ayuda” para este problema basada en el humanismo. Lamentablemente muchas iglesias y ministerios han caído en el error de usar los principios humanistas, en vez de la Palabra de Dios, en su trabajo de consejería y discipulado. Esto tiene que cambiar.
Está claro que algunos principios de la consejería en general son beneficiosos, pero a menos que en humildad y sumisión a Dios le pidamos ser guiados por él, caeremos fácilmente en las trampas de la psicología y la psicoterapia secular.
En la Palabra de Dios encontramos los únicos principios que Dios aprueba y que dan buenos resultados, por ejemplo, para prevenir la infidelidad conyugal. Estos principios son válidos para ambos sexos, y en la práctica, son los siguientes:
CÓMO SER SANADOS LUEGO DE UNA INFIDELIDAD
Si usted ha caído en infidelidad, aquí van algunas ayudas para sanar su matrimonio. No necesitamos desarrollar estos puntos, pues son muy claros y muy prácticos:
Reconozca que cayó en el pecado del adulterio.
Pídale perdón a Dios.
Pídale perdón a su cónyuge.
Pídale perdón a otras personas que ha afectado.
Acepte y reciba el perdón de Dios.
Comience el proceso de restauración y sanidad personal, y de su matrimonio.
Permanezca “reportándose” a un varón de confianza.
Busque ayuda de su pastor.
Ayude a otros cuando usted sea restaurado.
Tenga paciencia con su cónyuge y no exija que crea en usted sin condiciones.