El Salmo 24 dice que Dios es el dueño absoluto de todo lo que existe. Dios es soberano. Dios es el Creador, el Sustentador y el Soberano. Abel conoció estas características de Dios, y lo adoró correctamente (Hebreos 11:4). En toda la Biblia hay un “patrón” de pensamiento: Dios siempre pide lo primero y lo mejor (Exodo 13:1,2). Por otro lado, una persona se santifica presentando a Dios las ofrendas que él ordena (1a Samuel 16:5; Job 1:5). En el lenguaje del Nuevo Testamento, nos presentamos como "sacrificios vivos" (Romanos 12:1) y Dios nos bendice.
El manejo del dinero se hace desde el corazón. (Mateo 6:19-34; 2a Corintios 8:1-15) Esto es más que la ley del diezmo, porque esa ley fijaba un porcentaje (10%) y no había lugar para proponérselo, sino sólo para obedecer. Pero cuando Dios nos dice que le demos de acuerdo a lo que propusimos en nuestro corazón, esto nos confronta con la verdad acerca de nosotros, y de nuestra relación personal con Dios. Nunca valoramos a Dios en un sentido monetario, pero el monto que le damos pone en evidencia, en gran medida, el valor que le damos al sacrificio que Dios hizo por nosotros en Cristo; también evidencia la confianza que tenemos en Él, o el miedo a perder nuestro “amado” dinero. Si los israelitas le daban a Dios el 10% de todo como un mandato, ¿Cómo es posible que nosotros como hijos de Dios no nos propongamos darle ese porcentaje, o aun más, siendo que Él nos dio la salvación en Su Hijo, y puso su Espíritu Santo en nosotros? ¿Quién guía a nuestro corazón para saber cuál es la cantidad que debemos proponernos darle al Señor? (Éxodo 35:5, 20:29). Observe tres cosas en Éxodo 30L12-15: 1. El dinero de la expiación fue requerido a todos, sin excepción. 2. El mismo dinero de expiación fue requerido a cada uno. Es cierto decir que todos los hombres son igualmente culpables ante los ojos de Dios; pero no sería cierto decir que todos son igualmente culpables. Sin embargo, se requería la misma expiación de todos. "Los ricos no darán más, y los pobres no darán menos”. El dinero de la expiación fue para ilustrar el sacrifico de Cristo.
Colonel Sanders, el fundador de Kentucky Fried Chicken, dijo: “El hombre más rico del cementerio no puede hacer negocios con nadie”.
Los economistas más respetados sugieren que si una persona, o una familia, aprende a vivir con el 70% de lo que gana, podrá disfrutar un estilo de vida mucho más cómodo y con menos presiones. Querido varón, esa puede ser su meta. Para lograrlo, no trate de brincar de un solo salto, desde donde está ahora hasta el lugar al cual quiere llegar. Comience readaptando su presupuesto del 100% al 98%, al 95 % etc. y así sucesivamente, hasta llegar al 70%. Todos debemos tener un presupuesto familiar si queremos salir ganando. Valore correctamente el dinero: Honre a Dios (Proverbios 3:9; Mateo 26:7; Marcos 12:42). Ahorre (Proverbios 6:6-11), invierta (Proverbios 31:18), Bendiga (Marcos 10:21), pague sus impuestos (Romanos 13:5-7); Esté contento con lo que Dios le da (Proverbios 30:8, Mateo 6:11).