Para aquellos que estamos casados, no es una novedad decir que el matrimonio no es cosa fácil. Todos los matrimonios han tenido, tienen o tendrán conflictos que resolver. El matrimonio no es para cobardes, constantemente se requiere tener valor para resolver y aun para evitar los conflictos.
Un viejo refrán dice: “no podemos pactar con las dificultades, o las vencemos, o nos vencen.” Así que el primer paso para resolver los conflictos matrimoniales, es proponerse solucionarlos. Nada se logra con seguir postergando las cosas. Cuanto más postergamos, más sufrimos. Cuanto más esperamos sin hacer nada para cambiar, y aun sin orar, las cosas se ponen peor.
Otro paso importante en la resolución de conflictos matrimoniales, es buscar la ayuda de alguien con experiencia sobre el tema. Preferiblemente, pida a Dios que le dirija hacia un consejero cristiano que pueda escucharles y guiarles en un plan para la resolución de conflictos. Si usted asiste a una iglesia, probablemente su pastor sea la persona indicada. O tal vez él conozca a otro que le pueda ayudar. Pero lo importante es buscar ayuda. No lo postergue más. Dios está listo para ayudarle a través de alguien que él ya tiene preparado.