En nuestro artículo anterior hablamos de la maravillosa responsabilidad de ser padres y compartimos algunas recomendaciones prácticas para aplicarlas en casa, junto a nuestros hijos.
Hoy continuamos con este maravilloso tema, deseando que Dios guíe nuestras vidas como padres, y con su ayuda, podamos tratar con nuestros hijos de manera sabia.
Pregunte cuando no comprende (no asuma)
No es una señal de ignorancia preguntar cuando no comprendemos, al contrario, cuando usted hace preguntas de clarificación, sus hijos se sienten más respetados porque aprecian que used tiene mucho interés en entender y comprender lo que ellos tratan de decirle. Si usted asume que sus hijos están diciendo algo que, en realidad, no es lo que ellos están diciendo, sus hijos lo notarán y no querrán continuar hablando. No pierda la oportunidad de conocer mejor a sus hijos porque teme preguntarles lo que no entiende. Sea honesto, pregunte; repita lo que le dicen para asegurarse que entiende lo que sus hijos quieren decirle. Esto brinda a sus hijos una mayor oportunidad de confiar en usted.
No imponga sus ideas, más bien, compártalas
Todos tenemos nuestras propias ideas, pero debemos reconocer que no siempre tales ideas provienen de la información correcta. Y aun cuando nuestras ideas están basadas en la información correcta, no debemos imponerlas como si nuestros hijos fueran personas incapaces de pensar por sí mismas. Así que, comparta lo que usted piensa cuando se trata de una opinión, y comparta la verdad sin temor y sin comprometer la verdad agregándole o quitándole para evitar un conflicto, pero comparta la verdad de una manera inteligente y razonable. Cuando una persona “impone” sus ideas sobre otra, aunque tenga razón en lo que dice, levanta el escudo defensivo de su oyente y la verdad no penetra el corazón.
Incluya a sus hijos en los asuntos y decisiones familiares.
Cuando incluimos a nuestros hijos en las decisiones familiares, ellos sienten que los valoramos y eso les atrae más a ser parte de nuestro hogar. Si bien es cierto que las decisiones finales deben ser tomadas por el padre y la madre, de todas maneras, hacerles saber a nuestros hijos menores acerca de nuestros planes (posibles cambios, metas, situaciones, etc.), alimenta la armonía en el hogar. Y no se sorprenda cuando sus hijos sugieren algo muy bueno que usted o su cónyuge no habían pensado. Si usted tiene hijos mayores de edad que ya no viven con ustedes, sepa que incluirlos en las decisiones familiares depende del grado de tal decisión. En otras palabras, depende del efecto que las decisiones tengan en las vidas de ellos y en sus propios hogares.
Respete el espacio de sus hijos (inclusión vs. intrusión)
Hoy en día se habla mucho acerca del “espacio” entre dos personas, y no siempre lo que se aconseja es saludable. Cuando hablamos de respetar el espacio de sus hijos nos estamos refiriendo a incluirlos en nuestras vidas e incluirnos en las vidas de ellos porque somos familia. Pero si confundimos inclusión con intrusión, provocamos problemas innecesarios en nuestra relación con ellos. A medida que los niños crecen necesitan su espacio privado, aun cuando tal espacio debe ser controlado. Lo mejor es educarlos desde la infancia con el concepto de “puertas abiertas”, tanto literalmente como emocionalmente. Al mismo tiempo, estas puertas abiertas requieren prudencia de nuestra parte o estaremos creando futuros adultos co-dependientes a inseguros. Enseñemos a nuestros hijos lo que significa la responsabilidad, luego pongámoslos a prueba para ver si están preparados para manejarse sin constante supervisión, e inculquémosles el sano concepto de la interdependencia familiar, la cual incluye inclusión sin intrusión.