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Habitualmente pensamos en el pecado conectándolo con un crimen o un asesinato. Pero en la Biblia, el pecado se refiere a todo lo que no alcanza la perfección de Dios (Romanos 3.23). La gloria de Dios incluye el pensamiento de absoluta perfección. Pecado es “quedar corto en la marca, en el objetivo”. Todos los seres humanos son culpables de esto. El pecado es definido, además, en la Biblia, de las siguientes maneras: 

  1. Transgredir la Ley de Dios. Romanos 5:13
  2. Rebelión contra Dios, o infracción de la ley. 1a Juan 3:4
  3. Impureza moral. Salmo 32:5
  4. Pensamientos malvados y hechos malvados, ambos son pecados. Mateo 5:28

El origen del pecado: La primera instancia de pecado registrada tuvo lugar en el cielo. El ángel llamado Lucifer ambicionó ser igual a Dios (Isaías 14: 12-14). Por este pecado de orgullo, fue echado del cielo, y llegó a ser aquel que la Biblia describe como “diablo" y “Satanás”. Los ángeles que cayeron en pecado junto a él son llamados en la Biblia “demonios”, “espíritus de maldad”, etc. 

La primera instancia de pecado en la tierra se describe en Génesis 1:3 y tuvo lugar en el Jardín del Edén. Dios prohibió a Adán y a Eva comer del fruto del árbol de la ciencia (conocimiento) del bien y del mal. La pareja desobedeció a Dios, e inmediatamente se convirtieron en pecadores. Dios creó al ser humano con libre albedrío, es decir, con libertad de elección. En el idioma hebreo, la expresión “del bien y del mal”, tiene que ver con la ampliación del conocimiento en la mente, con el conocimiento de lo que es bueno y lo que es malo, pero sin inducir o tentar a lo malo. Un teólogo lo expresó de esta manera: “El árbol no era “del bien y del mal” (i.e., que contenía el bien y el mal inherentemente), sino era el árbol de la ciencia del bien y del mal; estas son dos cosas muy diferentes. Cuando Moisés habló de la “ciencia” contenida en este árbol, utilizó el término hebreo da‘at, que implica discernimiento y discriminación, pero que no implica necesariamente relación íntima. (Este término se usa solamente dos veces en Génesis, y ambas veces hace referencia al árbol de la ciencia del bien y del mal). Sin embargo, al expresar discernimiento y relación intima, Moisés usó el término yada, el cual significa: (1) saber por observación y reflexión, y (2) saber por experiencia. Realmente esta ciencia (o conocimiento) no llevaba nada malo en sí misma, ya que no se basaba en la experiencia de lo bueno y lo malo, sino en la ampliación del entendimiento de la mente para diferenciar entre lo bueno y lo malo. En una manera similar a la Biblia—la cual nos da a conocer lo bueno que debemos hacer y lo malo que debemos evitar (sin necesariamente inducirnos al mal)—este árbol portaba este conocimiento. 

Los resultados del Pecado: Vergüenza; pérdida de la inocencia; culpabilidad; esconderse de Dios (Génesis 3:7,8). Muerte espiritual (separación de Dios). Muerte física (Romanos 5:12);  transmisión de la naturaleza pecaminosa a toda la raza humana (Romanos 5:12-18), la cual hace a todos los hombres pecadores por nacimiento, por elección y por práctica, y maldición sobre toda la creación (Génesis 3:14-19). El pecado comenzó en el cielo (Juan 8:44) y terminará en el infierno (Apocalipsis 20:10).

La pena legal por el pecado:  “La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). Dios ha pronunciado a la muerte como la penalidad por el pecado. No hay manera que un ser humano pueda perfeccionarse a sí mismo hasta llegar a ser aceptable ante Dios. (Romanos 3:23). La penalidad debe ser pagada. Dios debe juzgar el pecado y proveer una manera de limpiarnos y perdonarnos de nuestros pecados. Si una persona muere en sus pecados, es decir, sin haber sido perdonado por Dios, quedará separado eternamente de Dios y, por lo tanto, sufrirá eternamente (Apocalipsis 20:14).

La única solución para no quedar separados de Dios, es recibir la salvación que él te ofrece, gracias al sacrificio de Su Hijo en la cruz, y su triunfo sobre la muerte en la resurrección. Arrepiéntete, cree en el Señor Jesucristo poniendo toda tu confianza en él, y síguele fielmente. Dios eliminará la deuda que tienes con él y serás salvo.