Dios tiene un mensaje para usted, estimado lector. Es un mensaje que contiene todo lo que usted necesita para vivir mejor como un verdadero hijo de Dios.
Dios ha decidido comunicarle Su mensaje en forma de 66 libros condensados en uno, al cual llamamos la Biblia. En ella puede encontrar la historia del plan de Dios para salvarle, como así también instrucciones acerca de cómo tener una maravillosa relación personal con él.
En la Biblia usted puede encontrar consejos para su matrimonio, para la formación de sus hijos, para las finanzas, y aun consejos en cuanto a cómo progresar en la vida en todo sentido. Para la Biblia, “progresar” no es siempre “tener más”, o “alcanzar nuestras metas”, o “ser campeones”. Todos esos conceptos, y otros, están centrados en el ser humano y en las enseñanzas humanistas, las cuales endiosan al ser humano y hacen a Dios a un lado.
“Progresar”, si queremos insistir en el uso de esa palabra, significa crecer en el conocimiento de Dios y del Señor Jesucristo. Y no pensemos en el mero conocimiento intelectual acerca de quién fue el Señor históricamente. Tampoco pensemos en el conocimiento del Señor Jesucristo sólo como la información bíblica que retenemos en nuestra memoria, al menos que tal información transforme nuestra vida haciendo crecer nuestra relación con Él.
¡Qué bondadoso es Dios por habernos dejado Su Palabra, la Biblia! Y lo más sorprendente es que la Biblia es un libro vivo. Dios sigue hablándonos a través de ella como si recién hubiese sido escrita para nosotros. La Biblia incluye un gran número de relatos históricos acerca de hombres y mujeres que sirvieron a Dios en todo tipo de circunstancias, como también de personas incrédulas que perdieron sus vidas inútilmente. Ambas categorías de esos relatos son para nuestra edificación. Aprendemos de aquellos que vivieron para Dios y cómo Él los usó para Su gloria, y aprendemos a no cometer los pecados de los aquellos incrédulos que destruyeron sus vidas, sus familias y sus naciones.
Es que, como está escrito, la Biblia es “viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos que penetra hasta las coyunturas y los tuétanos, y discierne las intenciones del corazón. La Biblia es eficaz como un instrumento comunicador de la voluntad de Dios para nuestra vida, y la razón es que es mucho más que papel y tinta. Las palabras escritas tienen el poder de Dios para transformar su vida.
¿Estudia, usted, su Biblia frecuentemente? ¿La lee a diario pidiéndole a Dios que le ayude a entenderla correctamente? ¿Une usted la lectura y el estudio de la Palabra de Dios a la oración? Si aun no lo hace, comience hoy mismo y notará paso a paso la diferencia en su vida.